lunes, 8 de febrero de 2010

Vivir en una burbuja



Cuando empiezas a opositar resulta difícil hacerte una idea de lo que va a suponer para ti. Muchos cuando empiezan no han conocido nunca a nadie cercano que haya opositado. Pero, os lo digo por experiencia propia, ni siquiera quienes habíamos conocido de cerca a otros opositores podíamos hacernos una idea de la dimensión del cambio que la oposición va a experimentar en nuestras vidas. Al menos, yo no tenía ni idea. 
En mi caso, hubo gente que me “previno” sobre lo duro que iba a ser, sobre las dificultades que me iba a encontrar y los sacrificios que iba a tener que hacer. Yo, sin embargo, no veía mayor problema en vivir unos años con la condición de opositora. Y es que, en efecto, las dificultades que yo tenía “previstas” no han sido, ni mucho menos, las que más esfuerzo me han supuesto. 
Coger el ritmo de vida, al principio, cuesta un poco, pero con la ilusión del comienzo, para mí eso era lo de menos. Y, para cuando la ilusión fue más tenue, ya me había metido en el ritmo de vida y, en el día a día, ni siquiera me planteo si es normal o no tener un solo día libre a la semana durante los doce meses del año. No me lo cuestiono: los sábados son el único día de descanso y los lunes y los jueves hay clase SIEMPRE, independientemente de que el jueves sea Jueves Santo o de que el lunes sea Nochebuena (otra cosa es que yo sea un desastre y me pierda muchos más “cantes” de los que debería, pero clase hay siempre). El ritmo no para, y tú no te planteas que pueda ser de otro modo. Los domingos se estudia, lo cual supone que los sábados por la noche te irás a la cama temprano, aunque la fiesta ni siquiera haya empezado para los demás. Y a muchos les sorprenderá, pero a ti ni siquiera te costará irte a casa a una hora prudencial, porque lo tienes tan asumido como ellos tienen asumido que el lunes por la mañana se levantarán temprano para ir a trabajar. Fastidia, claro, pero no te lo cuestionas.
Desde que empiezas a opositar, tienes que dejar de ir a muchas cenas, a cumpleaños y a bodas si no cuadran con tu tiempo de descanso  o si estás demasiado cerca de un examen. Y, aun las noches que salgas por ahí, es probable que seas la primera en volver a casa, porque no querrás descuadrar todo tu horario.
Pero, al menos en mi caso, todo eso no resulta un gran problema. Te acostumbras, forma parte de una rutina que, con el tiempo, asumes como normal. Es un sacrificio, sí, pero casi ni te das cuenta.
Para mí, sinceramente, el problema no ha sido renunciar a ese tipo de cosas, dejar de participar en reuniones familiares, en las “quedadas” con amigas o dejar de hacer planes con mi novio que para cualquier mortal son de lo más normales pero que un opositor no se puede permitir. Lo que más me ha costado no ha sido dejar de participar y de compartir esos buenos momentos con ellos, sino dejar de acompañarles en los momentos en que yo sentía que podían haberme necesitado.
Porque, no nos engañemos: al opositar renunciamos a parte de nuestra vida familiar, social y personal… Y eso no comprende sólo los momentos buenos, sino también los malos momentos por los que pasan las personas a las que queremos. Y, sinceramente, cuando empecé a opositar no podía haberme imaginado que los mayores quebraderos de cabeza, los mayores agobios, no los iba a pasar por perderme momentos de celebración, sino por no poder acompañar y cuidar a los que más quiero en los momentos difíciles. O, al menos, no poder estar con ellos tanto como yo hubiera querido.
Pero llega un momento en que, igual que aprendes a decir “no” cuando tus amigos te sugieren un plan apetecible, tienes que aprender a decirte “no” a ti misma cuando no debes implicarte en un problema más de lo que eres capaz de involucrarte sin descentrarte en el estudio. Eso no significa ni mucho menos que opositar deba suponer “pasar” de todo, deshumanizarnos o convertirnos en el ombligo del mundo. Opositar, pese a lo que muchos piensan, no implica colocarse bajo una campana de cristal o vivir en una burbuja, aislados de los problemas y preocupándonos sólo de estudiar. Yo, por lo menos, no puedo.
Posiblemente haya algún afortunado (sobre todo si consigue aprobar en poco tiempo) que, durante el tiempo de oposición, pueda disfrutar de una estabilidad familiar, emocional y económica tan grandes que en ningún momento pierda el equilibrio por razones externas a la oposición. Pero supongo que eso le ocurre tan solo a una minoría. Porque es difícil, con todos los años que pasamos opositando, que en algún momento no surjan problemas. Porque nosotros opositamos y en cierta medida sí nos aislamos, pero la vida sigue para lo bueno y para lo malo. Y en las familias surgen problemas de diversa índole. Problemas personales, problemas de salud, económicos… Surgen problemas con nuestras parejas… 
Y todo eso, pese a que haya quien piense que vivimos en una burbuja, nos afecta, y mucho, para el estudio. Probablemente mucho más de lo que nos afectaría si nos dedicásemos a cualquier otra cosa, porque el opositor es un ser muy sensible, con un ritmo cuadriculado que hace un esfuerzo tremendo por mantener pese a los vaivenes de ánimo y pese a los acontecimientos de su alrededor. Lucha por mantener la concentración y llevar el máximo rendimiento. Y todo eso se mantiene en un equilibrio muy frágil. Y, si su ánimo se ve afectado, el ritmo se rompe, la concentración desaparece y el rendimiento baja inmediatamente. Por eso sería genial que, durante los años que durase la oposición, pudiésemos mantener todo lo de nuestro entorno en “standby” y no tener más problema, más preocupación ni más objetivo que la oposición, de manera que pudiésemos dedicarle todas nuestras energías y terminar con ella en un “plis plas”. Pero no es el caso. Definitivamente: no vivimos en una burbuja.
Yo, personalmente, antes que opositora soy hija, hermana, novia y amiga. Y, como tal, ante ciertas situaciones, priorizo. Y, aunque en muchísimos momentos la oposición esté por encima de otras cosas, no siempre puede quedar en primer lugar. Porque para mí la oposición es importante, pero no es lo único en la vida.
Aunque me considero una afortunada, a lo largo de estos casi seis años me han pasado muchas cosas y os puedo asegurar que no he vivido en una campana de cristal, aunque haya tratado de “protegerme” en la medida de lo posible para no perder el ritmo (que, aun así, muchísimas veces he perdido). Y, precisamente, como decía antes, una de las mayores dificultades  para mí ha sido tener que renunciar a acompañar a los míos en momentos complicados. Por supuesto, hablo de situaciones en que mi presencia o mi participación no podían solucionar las cosas. Porque si se trata de situaciones en las que pudiese haber sido útil o de cosas que hubiese podido solucionar, el orden de prioridades hubiese sido distinto.
Todo esto lo aprendí con el paso de los meses, no me dí cuenta nada más empezar a opositar. Pero terminé por darme cuenta de la necesidad de tomar distancia de ciertos problemas familiares (en gran medida “crónicos”, aunque con subidas y bajadas) de los que yo siempre había estado muy pendiente. Y tuve que aprender a hacerlo y a no sentirme egoísta por ello, porque es una mera cuestión de supervivencia. Me costó darme cuenta de que esa distancia era necesaria y de que podía tomarla sin ser una egoísta y, al mismo tiempo, sin que esa distancia supusiera vivir aislada en mi burbuja particular. 
Pero a veces es difícil conseguir el equilibrio. Cuesta participar sin  involucrarte demasiado y  coger distancia sin que eso signifique marcharte a vivir a tu burbuja.
Ahora mismo llevo más de una semana en la que no he estudiado ni he hecho nada por intentar estudiar. Estos días he estado gran parte del tiempo con mi familia,  con mis padres y mis hermanos, porque esos “problemas crónicos” se han recrudecido mucho. Les he acompañado y he ayudado en lo que he podido. En parte por ellos, porque no podía dejarles solos. Pero también en parte por mí: porque necesitaba estar ahí y si no no podía estar tranquila. Sabía que yo no podía solucionar las cosas, pero aun así necesitaba estar ahí.
Pero se acabó: tengo que volver “al redil”, al ritmo de estudio, a mi vida diaria. Tengo que olvidarme de problemas que no puedo resolver y que van a seguir ahí aunque yo rompa todos mis esquemas. Yo no podré estar con ellos tal y como me gustaría estar, pero, al mismo tiempo, ellos saben que me tienen, que me importan y que si me necesitan estaré ahí inmediatamente. Pero ahora he de seguir. con lo mío, porque el tiempo corre. Y desde mañana las cosas han de ser distintas. Voy a  intentar preocuparme  únicamente de estudiar “a muerte”. Y lo demás, lo que no depende de mí,  esperemos que se irá resolviendo. Pero estudiar mañana sí depende de mí... y tengo que conseguirlo. Así que ¡a por ello!
¡Que tengáis todos una buena semana!
 

18 comentarios:

Luisa dijo...

Me ha encantado. Estoy de acuerdo con todo y esp que llevo poquíiisiimo en esto. Gracias a Dios en mi familia no ha pasado nada grave, pero sí me siento menos participativa por más que intente que no sea así...y en el fondo no me siento mal..sé que esto va con "el cargo", y que no puedo permitirme ser la que era ni invlucrarme tanto.

Ahora tengo la boda de mi hermana, dentro de nada...y me hubiera encantado participar en todo, ayuadarla y NO puedo. Es imposible. Pero bueno, lo que no me perdía ni muerta era la eleccion del vestido de novia, de hecho el día que iba ya a decidirse yo no iba a ir ya que tenía que estudiar...y al final m cogí un taxi en el último momento y me planté alli diciéndole "soy hermana antes que opositora, y esto no me lo pierdo"..jajajja!!!

En fin, te seguiré leyendo como siempre. Ánimo estudiando y volviendo a la vida del opositor y espero que lo de tu familia se vaya "enderezando" poquito a poco. Y si necesitas hablar ya sabes donde estoy!

Un besote

Pichús dijo...

¡Gracias por leerme, guapísima! ¡Y gracias por los ánimos! Hoy ha ido mucho mejor.
Muchísimo ánimo para ti también. Te lo digo cada vez que hablamos: estoy segura de que todo te va a ir muy bien.
Y en cuanto a lo de la boda de tu hermana, tú intenta estudiar a tope y también disfrutar cuando tengas oportunidad... ¡siempre sin perder el norte, claro! ;)
Esta semana no podré, pero ¿la próxima nos vemos?
¡Un beso!

Luisa dijo...

Claro wapa, cuando quieras!!!

Me alegro mucho de que hoy haya ido mejor...te quiero ver en breve en las trincheras eh??? que la guerra continúa!!!

Un besazo

Anónimo dijo...

hola Pichús:
pues sips tienes mucha razón otra vez más en tu blog...también es muy importante que lo que sucede a tu alrededor te "acompañe"...porque la vida no se para cuando nosotros nos encerramos en la habitación a estudiar...la vida sigue al otro lado de esa habitación y evoluciona...por eso es importante que nos acompañe para que nos afecte lo menos posible en nuestros estudios...porque si hay una enfermedad o algo así eso trastorna mucho y se baja el ritmo...vamos!que hay muchas variantes que influyen en estas oposiciones...
un beso Pichús...

Pichús dijo...

¡Gracias Anónimo! ¿A qué opositas tú?

Mery dijo...

Anda que me avisas de que tienes blog, ya te vale! jajajajaa Pero na, que te he descubierto igualmente así que ahora mismo te agrego a "blogs de otros compis".
Bienvenida al mundo blogger opositoril! Espero leerte a menudo!
Mil besos desde mi no-burbuja;)
Muaaa

Pichús dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pichús dijo...

¡Mery, qué alegría leerte por aquí! Pero, oye, que sí que te avisé. No sé si ayer o anteayer, te escribí a censosmomias (creo). Lo que pasa es que llevamos un cruce de mensajes tremendo y ya no sé si escribirte ahí, en el foro o dónde. Pero el caso es que aquí estás :)
Yo tengo ganas de volver a leerte a ti con tu energía de siempre. Descansa todo lo que necesitas antes de volver a la carga, que lo importante es volver con fuerza. ¡Ya verás como todo irá bien! Vales mucho, y antes o después, todo el esfuerzo que has hecho dará su fruto, seguro.
En cualquier caso, si me necesitas, ya sabes dónde encontrarme ;)
¡Un beso grande!

Unknown dijo...

Bueno tampoco hay que estra 24 horas con la gente.Cuando están mal,puedes estar lo que puedes y con eso yo creo que es suficiente máxiame cuando cada uno afrontamos las penas de una forma distinta.Yo soy tremendamente expansivo con los problemas de mis amigos,algunos diran que plasta y no bajo de las 12 horas de estudio y en cambio con mis problemas,me los como yo y no cuento nada.En fin si quieres estar estarás y lo que suele pasar es que la gente no estará

Jaspe dijo...

Estoy de acuerdo contigo en que es una de las cosas más difíciles con las que me he encontrado durante la oposición. Para nosotros y creo que también para la gente que nos rodea. Para todos es un aprendizaje; nosotros tenemos que aprender a priorizar y ellos a respetar nuestra particular escala de prioridades...Una vez encontrado el equilibrio todo es mucho más fácil. Espero que haya ido bien la semana ¡¡¡MUCHO ÁNIMO!!!

Warletorix dijo...

Otro blog al reader!!
Voy a empezar desde el principio y te comento la primera entrada. Y luego ya subiré ;)

Pichús dijo...

¡Bienvenido, Carteles17! A mí también me pasa como a ti: me involucro mucho con otros, pero me cuesta mucho sacar lo que yo llevo dentro. Aun así, de vez en cuando viene bien hacerlo, porque si no terminamos convirtiéndonos en una bomba de relojería. Por lo demás, supongo que depende de la forma en que cada uno se toma las cosas y también de si el problema en cuestión te afecta muy directamente o no. En cualquier caso, lo mejor es saber separar.

Pichús dijo...

Hola Jaspe,¡me alegro de volver a leerte por aquí! Y estoy totalmente de acuerdo con lo que dices... ¿Cómo vas tú? Mi semana ha ido mejor que la anterior, pero aún me queda un buen trecho hasta recuperar el ritmo que necesito... ¡Mil gracias por los ánimos, y mucho ánimo también para ti!

Pichús dijo...

¡Warle, bienvenido tú también y gracias por participar! Me alegro mucho de que estés por aquí, nos iremos leyendo, ¿vale? :)

yoly dijo...

Cuánta razón tienes...particularmente tengo que confesarte una cosa, no sé si para bien o para mal, mi mayor logro desde que estoy opositando es que he conseguido desarrollar mi capacidad de abstracción, entendida ésta no como el priorismo del que hablamos a la hora de elegir una cosa u otra, sino como la capacidad de poder dedicarme en cada momento a lo que haga( sea obligacion familiar, ocio o estudio)y dejar de lado todo lo demás. Es como si mi cabeza fuera "selectiva" y "unitaria" porque cada cosa tiene su tiempo. Me ha costado más de 11 meses, pero lo conseguí ;) así que mucho ánimo que poder...SE PUEDE. un beso

PUCELANO dijo...

¡Hola Pichús!Me ha gustado mucho la entrada, tienes una capacidad muy buena para transmtir estados de ánimo que creo, tod@s los opositores hemos experimentado alguna vez. Efectivamente, el Opositor es él y sus circunstancias. Mucho ánimo con esa vuelta al estudio, y espero que tu situación familiar vaya mejorando, eh? Un abrazo muy fuerte.

Pichús dijo...

Yoli, no dudes de que si has conseguido desarrollar esa capacidad de abstracción ha sido para bien. Si no, cuando estudias, no te cunde, porque estás pensando en otra cosa... Y cuando descansas, tampoco te cunde el descanso si estás pensando en la oposición o en todo lo que has dejado de estudiar en las horas anteriores. ¡Así que enhorabuena, porque creo que es fundamental! Yo lo consigo a temporadas... ¡pero lo intento siempre! ¡Muchas gracias por los ánimos! ¡Mucha fuerza para ti también! ¡Besos!

Pichús dijo...

¡Hola Pucelano! Me alegro de que te haya gustado la entrada. La verdad es que hay cosas que sólo otro opositor entiende al cien por cien, creo yo. Y saber que los demás pasan por situaciones semejantes a mí me ayuda mucho. Y no por eso de "mal de muchos consuelo de tontos..." :) sino porque es agradable sentir que no eres tan rara y que los que llegan al final del camino pasan por baches semejantes a los tuyos. Muchas gracias por los ánimos! :) ¡Otro abrazo y mucha fuerza para ti también!

Quién escribe

Mi foto
Pichús
Durante los últimos años, OPOSITORA A JUDICATURAS (¡ojalá que por poco tiempo!). Pero en los ratos libres intento seguir siendo YO.
Ver todo mi perfil

"Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el baston. ¡Pero nunca te detengas!" (Teresa de Calcuta)


"A la larga el éxito es más fácil que el fracaso. Sencillamente, consiste en saber lo que se quiere, en saber hacerlo y en tener la persistencia y la determinación de lograrlo" (B. Bailey)


"Si puedes soñarlo, puedes hacerlo" (Walt Disney)


"Si piensas que puedes, tienes razón y si piensas que no puedes, también tienes razón."


"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños" (Eleanor Roosvelt)


"El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que apuntemos demasiado alto y no demos en el blanco, sino que apuntemos demasiado bajo y acertemos" (Miguel Ángel)


"No podemos descubrir nuevos océanos a menos que tengamos el coraje suficiente para perder de vista la costa" (Anónimo)


"Los muros existen por alguna razón. Y no es para mantenernos fuera, sino para darnos la oportunidad de demostrar hasta qué punto queremos algo. Y para frenar a quienes no lo desean suficientemente." (Randy Pausch)

¿Alguien me lee?

Quiénes vienen por aquí