domingo, 21 de febrero de 2010

Sobrevivir a la oposición

Durante bastante tiempo he tenido rodando por mi habitación unas fotocopias con un texto que tenía como título “guía para combatir el cansancio”. Cada vez que reordenaba papeles me las volvía a encontrar y me planteaba si tirarlas o no tirarlas, y finalmente decidía conservarlas en espera de echarles un vistazo y sacarles algo de jugo. La última vez fue esta semana y, por fin, decidí leerlas y ver si merecía la pena conservarlas o si por fin podía deshacerme de ellas. Y, después de echarles un vistazo, extraje las pautas que pensé que podían resultarme más útiles, las copié en el ordenador y tiré (por fin) las fotocopias mostosas. No dicen nada “nuevo” realmente, pero decidí apuntármelas colgármelas en un lugar visible para tenerlas presentes y no pasarlas por alto. A las pautas que se proponían en el texto añadí yo alguna otra de cosecha propia y, en vez de “guía para combatir el cansancio” puse como título “Sobrevivir a la oposición.

              Prácticamente todo el mundo, opositor o no, se queja de estrés, del exceso de trabajo y de la falta de tiempo para abarcarlo todo. En nuestro caso, concretamente, estamos sometidos a muchísima presión (sobre todo, en algunas temporadas, como el tiempo inmediatamente anterior al examen) y el hecho de trabajar durante períodos tan largos casi sin tregua supone que estamos sometidos a un desgaste tremendo. Así, si para cualquier persona sería recomendable mantener unos hábitos alimenticios saludables, hacer ejercicio, dormir bien y tener momentos de esparcimiento, para nosotros es una cuestión de supervivencia. Y, desde luego, es vital para conseguir nuestro objetivo. Tenemos que cuidarnos, sí señor. Igual que el atleta o el deportista profesional está obligado a cuidarse, a dosificar esfuerzos, a descansar en determinados momentos y a llevar una dieta específica para conseguir el máximo rendimiento, el opositor está obligado a cuidar su cuerpo y sus hábitos diarios. Como decía hace poco Mery en su blog, ¡“mens sana in corpore sano”! Necesitamos estar fuertes físicamente para estarlo espiritual y mentalmente.

Finalmente, he impreso (bastante más resumidas)  las siguientes pautas “para sobrevivir a la oposición":

Aliméntate bien…

- Desayuna, incluso cuando no tengas hambre; te sentirás más animado y alegre durante el día. Según dicen, las personas que desayunan diariamente tienen menores niveles de la hormona cortisol, íntimamente relacionada con la sensación de estrés.

- Haz cinco comidas al día, sin que ninguna de ellas sea excesivamente copiosa. Las comidas exageradas requieren más energía para hacer la digestión, haciendo que nos amodorremos y que resulte mucho más difícil estudiar (al menos, sin una siesta previa). En la medida de lo posible, intenta combinar carbohidratos (usados por el cuerpo para crear energía), proteínas (que ayudan a mantener esa energías), y grasas saludables (como aquellas que están en los pescados, en las avellanas, y en las aceitunas).

- Los ácidos grasos Omega-3 juegan un papel muy importante en la conservación del buen estado de las células cerebrales y en la sensación del estado de alerta mental. Cuando le dije que opositaba, el médico me recomendó que tomase un suplemento de Omega3, pero si no os apetecen las capsulitas, hay alimentos especialmente ricos en Omega3, como el atún, el salmón o las nueces.

- Procura no consumir cafeína en exceso y evitarla en todo caso una vez pasada la hora de la comida. Una cantidad moderada de cafeína —entre 200 y 300 mg, entre dos o tres tazas de café— puede hacerte sentir más alerta y aumentar tu energía, pero cuando la cafeína es consumida en grandes cantidades o cuando la tomamos muy cerca de la hora de dormir, puede ponernos nerviosos o impedirnos conciliar el sueño.

- En determinadas épocas (como la llegada de la primavera) o cuando por cualquier razón estés especialmente cansado, puede ser bueno que tomes algún complejo vitamínico o un suplemento con ginseng o jalea real… Pero, a ser posible, empieza a tomarlo antes de estar agotado. Es mucho más fácil prevenir ese agotamiento que superarlo, sobre todo cuando sabemos que vamos a enfrentarnos a un período de mayor desgaste (durante la época anterior a un examen) o cuando se acerca la primavera si somos propensos a sufrir la “astenia primaveral.”

Para afrontar bien la jornada de estudio…

- Prográmate varios descansos breves para cada mañana o cada tarde. Es mejor hacer varias paradas breves que una parada excesivamente larga, que puede desconcentrarnos, distraernos demasiado y quitarnos las ganas de seguir estudiando. Y es mejor que los descansos estén programados previamente, no que esperemos a estar agotados para descansar. Así perderemos menos tiempo y el desgaste será también mucho menor.

- Si te entra “la modorra”, lávate la cara y las manos con agua fría, abre la ventana, ventila la habitación y toma un poco el fresco. Si ya no puedes más, también puedes darte una ducha.

- No tengas la calefacción demasiado fuerte mientras estás estudiando. Si hace demasiado calor llega un momento en que nos embotamos y puede incluso entrarnos sueño.

- Estudia en una silla cómoda que nos permita tener la espalda en una posición adecuada, pero evitando butacas o sillones excesivamente “acogedores”, que inviten a repantigarnos o a tumbarnos “a la bartola”… Se dice que para estudiar bien no hay que estar excesivamente cómodos y que es mejor tener un poco de hambre y un poco de frío (menudo, planazo, ¿eh?). Se trata, una vez más, de evitar el “efecto modorra.”

- Cuando te sientas estresado, concéntrate en respirar profundamente. Cuando estamos bajo presión solemos respirar desde el pecho, como con cortos jadeos, llevando menos aire a nuestros pulmones y, por tanto, menos oxígeno a nuestro cerebro, aumentando nuestro cansancio físico e intelectual.

- Mantén ordenado y agradable tu lugar de estudio. El desorden puede hacer que nos sintamos fuera de control y colabora a que la situación nos supere más fácilmente cuando estamos agobiados.


En el día a día, cuídate…

- Mantén la costumbre de arreglarte todos los días, aunque sea para estar en casa. No se trata de ponerte “de tiros largos”, pero a veces, aunque parezca una tontería, el vernos con un aspecto más saludable y atractivo nos motiva mucho más que estar, un día más, con nuestro chandal, sin maquillarnos o con la barba de dos semanas. No se trata de ponernos nuestras mejores galas porque, entre otras cosas, hemos de estar cómodos. Pero igual que nos vestiríamos “decorosamente” para salir a trabajar, podemos hacerlo para estudiar. Y es especialmente importante si estamos “de bajón”.

- Oblígate a salir de casa a diario, aunque sea a dar una vuelta a la manzana, a comprar el pan o a pasear al perro. Estar todo el día, día tras día, sin salir al aire libre ni siquiera un ratito puede desanimarnos, agobiarnos y hacernos perder perspectiva de muchas cosas. La vida no se acaba tras cuatro paredes, ¡ni siquiera para nosotros!

- Si lo necesitas, cuando hagas un descanso, escucha algo de música que te ayude a “recargar pilas” o a hacer desaparecer sentimientos negativos, como el miedo o el mal humor. Yo desde la carrera, cuando me estaba duchando para ir a los exámenes escuchaba la canción de Rosana “Sin miedo”, y a veces sigo oyéndola antes de ir a cantar.

- Expresa tus sentimientos y comparte tus preocupaciones con la gente que te quiere y con aquellos compañeros que te puedan comprender mejor. Aunque no vayan a solucionar nuestros problemas, el descargar la angustia y la preocupación nos permite relativizar los problemas y su peso disminuye automáticamente.

Cuando hay que descansar, descansa de verdad…

- No prescindas nunca del tiempo de descanso. No lo hagas aunque creas que vas muy retrasado con el estudio o aunque la semana no te haya cundido como tenías previsto. El tiempo de descanso del opositor es tan sagrado como su tiempo de estudio. Si no descansamos adecuadamente, es imposible rendir al máximo. Y no sólo físicamente, sino sobre todo, mentalmente. Si no damos tregua a nuestra cabeza y nos permitimos desconectar de la oposición en algún momento de la semana, llegará un momento en que el exceso nos pasará factura.

- En tu día de descanso haz aquello que verdaderamente te hace desconectar. Procura que tu día libre no sea solamente un día para resolver tareas pendientes. Si es el único día que puedes dormir hasta tarde y eres de esos que disfrutan acostándose sin poner el despertador, permítete ese lujo de vez en cuando. Si lo que necesitas es salir de fiesta, hazlo, o queda con gente a la que no puedes ver habitualmente, ve al cine… Haz lo que más te apetezca, lo que más te libere y lo que más te haga olvidarte de que el resto de la semana eres opositor.


Procura dormir bien…

- Siempre es importante dormir suficiente número de horas, pero en nuestro caso, que tenemos que rendir intelectualmente durante toda la jornada, es fundamental estar descansado. A mí siempre me cuesta apagar la luz por la noche, siempre hay cosas más apetecibles que dormir. Pero cuando duermes poco, al final lo acabas notando, rindes menos o, simplemente, no oyes el despertador…

- Si puedes evitarlo, no te quedes delante del ordenador o la televisión durante el rato antes de acostarte. ¿Sabíais que el brillo emitido por la televisión o la pantalla del ordenador puede impedir que conciliemos el sueño con facilidad? Eso decía, por lo menos, en las dichosas fotocopias y la causa es que la luz suprime la producción de melatonina, una hormona secretada a la puesta del sol que le dice al cerebro que ha llegado la noche. Cuando los niveles de melatonina están bajos, nuestro cerebro cree que aún es de día y permanece listo para las actividades diarias. (¡Tendré que tomar nota, yo que me meto en la cama con el portátil…!)

- Si cuando te acuestas no puedes dormir, no estés mirando continuamente la hora y calculando el tiempo que te queda para descansar hasta que suene el despertador. Esa inquietud puede hacer más difícil todavía que conciliemos el sueño e incluso impedirnos descansar profundamente.

- Practicar ejercicio aeróbico durante el día nos ayuda a descansar más profundamente por la noche. Además, si practicas ejercicio moderadamente (sin darte palizas) puede actuar como un estimulante y aportarte mayor energía durante el día.

               Las pautas que podrían sugerirse son muchas. Según he leído, unos científicos de la Universidad de Cambridge consideran que son cinco las cosas fundamentales para estar sanos mental y físicamente:
- Conectar con otros, cultivando relaciones que enriquecen nuestra vida y nos sirven de apoyo.
- Ser activos, practicando aficiones - como un simple paseo al día- que nos ayuden a mantenernos en forma
- Tener curiosidad y fijarnos en las cosas que nos rodean a fin de apreciar la belleza de los momentos diarios y reflexionar sobre ellos.
- Aprender cosas nuevas.
- Dar, ayudar a los que nos rodean.

               Podríamos añadir infinidad de cosas y expresarlas de muchas formas. En cualquier caso, si nos paramos a pensarlo, todos sabemos cuáles son aquellas que verdaderamente nos hacen falta para conseguir el equilibrio cuerpo-mente. Lo que tenemos que hacer es ponerlas en práctica. De todas formas, vosotros sugerid, ¡que yo tomo nota de vuestros consejos!

¡Que paséis una buena semana!

6 comentarios:

Warletorix dijo...

Qué barbaridad, cuanta sabiduría!! "Sugerid" dices, ¿y que sugiero, si eso es un compendio de ayuda al opositor de no te menenes?
Venga: cambia de vez en cuando el lugar de estudio, vete a estudiar a la biblio un par de días o vete al salón con los libros. Romper la rutina es una buena rutina.

Mery dijo...

Olé Pichús! me ha encantado la entrada, como bien dices son cosas que ya sabemos pero que va bien releer de vez en cuando y recordarnos su importancia, así que al igual que tú has ido manteniendo esas hojas yo iré releyendo esta entrada cuando vea que flojeo en mi rutina;)
Un besazo

Pichús dijo...

¡Hola chicos!
Gracias a los dos por comentar, y me alegro de veros por aquí :) ¡Sois unos soletes! Con lo que me enrollo, tiene mucho mérito leerme. Mi novio cuando ha visto la entrada lo primero que me ha dicho es algo así como "¡joder, qué largo!" :) ¡Luego la leerá seguro, aunque sólo sea por curiosidad! ¡Pero es que tiene razón!
Warle, a mí también me va bien lo de cambiar de vez en cuando el sitio de estudio. A la biblio iba algunas temporadas durante los primeros tiempos, y la verdad es que es estupendo porque así sales de casa, cambias de aires, te tienes que arreglar más que si te quedases en casa... Lo que pasa es que como suelo estudiar en voz alta no me viene muy bien lo de la biblio. Pero en lugar de eso, a temporadas me voy al apartamento de mis padres en la playa y allí estudio tan ricamente. Y sino, a veces voy a casa de mi abuela a estudiar por las mañanas.

En fin, que me alegro de que os haya gustado la entrada... Lo malo es que la teoría es fácil, ¡lo complicado es llevarla a la práctica!

¡Un beso grande a los dos! ¡Y mucho ánimo Mery!

Luisa dijo...

Hola wapa!!!

Me ha gustado mucho la entrada..me los voy a apuntar todos, a ver si em va mejor que últimamente estoy con una apatía....buffff...y además esto de que se vaya el preparador n ayuda nada eh??? jejeje!!!

un besazo wapa!!!!

Unknown dijo...

No se quién me contó que un compañero suyo se agarraba a una viga derl biblio para hacer ejercicio que le habían dicho que era muy bueno.yo creo que elñ truco es cada día interra hacer las cosas mejor paar ir al trib a comertelos y desde luego cosa que he aprendido este ñao saberte más o menops todos los temas.Lo de las 5 comidas me suena a culturismo con lo que te puedes poner como una bola.

Pichús dijo...

¡Hola Luisa! No te preocupes, que es normal que te hayas relajado un poco estos días al haber estado fuera el preparador. En cualquier caso, el lunes lo tenemos aquí de nuevo, así que no le des muchas vueltas! :) En cuanto a lo de la entrada, me alegro de que te haya gustado. En realidad no hay nada nuevo... y lo difícil es llevarlo a la práctica. Pero para mí algunas de estas cosas son verdaderamente importantes para encontrarme mejor en el día a día y para rendir, a fin de cuentas.
¡Un abrazo y mucho ánimo!

¡Hola Carteles 17! ¡Muy bueno lo de la viga! :D :D Hay que tomarse las cosas en serio, pero tampoco hay que pasarse, y cuidarse no significa obsesionarse con el tema: ni dedicarse al culturismo ni terminar trepando por ahí... :D Al menos para mí lo de cuidarme no es un fin, sino un medio para encontrarme mejor.
Todos estos "consejos" no son necesariamente útiles para todo el mundo. Cada uno de nosotros sabe mejor que nadie lo que necesita para estar en forma física y mentalmente. Y no todos necesitamos lo mismo, desde luego, aunque haya cosas que, en principio, puedan ser buenas para todos.
Desde luego, tienes razón en una cosa: lo único verdaderamente importante aquí es saberse lo mejor posible los temas y arrasar delante del Tribunal. Si conseguimos eso, da igual que mientras tanto hayamos hecho cinco comidas al día, que nuestra dieta haya consistido en pizza y chocolate exclusivamente o que nos hayamos subido (literalmente) por las paredes de la biblioteca :)
¡Un abrazo!

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Durante los últimos años, OPOSITORA A JUDICATURAS (¡ojalá que por poco tiempo!). Pero en los ratos libres intento seguir siendo YO.
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"Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el baston. ¡Pero nunca te detengas!" (Teresa de Calcuta)


"A la larga el éxito es más fácil que el fracaso. Sencillamente, consiste en saber lo que se quiere, en saber hacerlo y en tener la persistencia y la determinación de lograrlo" (B. Bailey)


"Si puedes soñarlo, puedes hacerlo" (Walt Disney)


"Si piensas que puedes, tienes razón y si piensas que no puedes, también tienes razón."


"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños" (Eleanor Roosvelt)


"El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que apuntemos demasiado alto y no demos en el blanco, sino que apuntemos demasiado bajo y acertemos" (Miguel Ángel)


"No podemos descubrir nuevos océanos a menos que tengamos el coraje suficiente para perder de vista la costa" (Anónimo)


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