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sábado, 3 de julio de 2010

Una gotita de agua en la mar

Disposición 4185 del BOE núm. 63 de 2010 ¡Hola a todos!  

Me llamo Sara. He estado 9 años opositando hasta que, finalmente, he conseguido, hace unas semanas, aprobar todas las pruebas selectivas de acceso a las Carreras Judicial y Fiscal.

Pichús me ha sugerido que, si me apetecía, escribiese unas palabritas para su blog... ¡Y aquí están!

No sé si podría haber apretado más el estudio en estos años, pero de lo que no tengo duda es de que no renunciaría a haber vivido menos. Y, desde luego, no me arrepiento de las experiencias que he ido viviendo y que me han hecho ser la persona que soy hoy.


Entre todas esas experiencias que os decía, hay que incluir que, cuando llevaba seis años y pico, tras haber llegado al último ejercicio, decidí dejar las oposiciones, pues consideré que mi destino estaba en otro lugar y que mis facultades opositoras ya no se desenvolvían con la misma plenitud. En cinco semanas, y tras echar muchísimos currículum, conseguí un empleo en otra ciudad.
Y allá que me fui... Conocer a gente nueva, a personas que siquiera habían tenido opción de luchar por sus sueños, me hizo sentirme responsable de mi situación y fraguar un plan. No estaba dispuesta a que con un sueldo compraran mi tiempo (8 horas diarias) haciendo algo que, realmente, no era mi ilusión en la vida. Así, en menos de un año,  y a la par que trabajaba, volví a presentarme al test. Y, como lo superé, decidí volver, apretar los dientes un par de años y, finalmente, conseguir lo que he conseguido.

Me gustaría transmitiros mis sensaciones. Qué ha supuesto opositar para mí, después de mi último paso por el Supremo, hace muy poco, (donde conseguí aprobar el último examen, el tercero, con ejecuciones hipotecarias y uno de los temas de Marítimo incluídos en el lote...) ¡Quién me hubiera dicho a mí hace un tiempo que sería capaz de sobreponerme a unos temas como estos y a aprobar!

Empecemos por el principio...


EL AUTOSABOTAJE
Cuando se nos echan los años encima, cuando sin entender muy bien por qué se nos atraganta el test, o el oral, y no acabamos de dar con la tecla... es cuando nos toca sufrir y buscar soluciones


-       Que nunca os tiemble el pulso si tenéis que cambiaros a otro preparador que sí os escuche dar los temas (en vez de adelantar trabajo), o se preocupe por vuestro estado anímico, o sea preciso y no os deje pasar una...
-       Que no os tiemble el pulso si os agobia estudiar en el mismo cuarto de siempre. Buscad vuestro espacio en bibliotecas, en otras habitaciones... Yo durante una época me llegué a bajar a diario 3 o 4 horas a un parque cercano a mi casa con los temarios recién impresos para subrayar "como si fuesen temas nuevos." Conseguí en un mes avanzar lo que hubiera tardado casi tres.
-       Que no os tiemble el pulso si necesitáis explicar a vuestra familia que de verdad deseáis seguir estudiando, o a vuestro novio o novia que vosotros no sois un ser escindido del opositor que tiene ante sus ojos. Explicadles que ese opositor es vuestra esencia, pues las emociones e ilusiones son nuestra esencia (al fin y al cabo al opositar nos dejamos llevar por nuestro corazón!)  y que si no ama al que oposita... mejor que cada uno marche por su lado.

Todo esto es una maravilla, es luchar, es vivir... ¡y no es autosabotaje!

-       Autosabotaje es decirse a uno mismo por las mañanas "nunca lo voy a lograr." ¿Y tú qué sabes? ¿No estás estudiando acaso?
-       Autosabotaje es no disfrutar de los momentos de descanso porque dejaste un tema a medio estudiar. La próxima vez estudia más concentrado, que el estudio es sagrado pero chafar el ocio por el estudio es tan imperdonable como lo contrario.  
-       Autosabotaje es verte repentinamente en un espejo y verte feo, desmejorado, perdedor... ¡Hazme el favor de salir de la burbuja y dejar de fustigarte! Si te pasas la vida encerrado es normal tener mala cara. No eres ningún perdedor, lo que eres es un gladiador, un luchador. Y, como ellos, tienes en tu piel la marca de las espadas (en este caso, de las horas de estudio,  desvelos, madrugones, nervios...).

No seas tu propio enemigo, nadie mejor que tú se conoce y nadie mejor que tú sabe dónde hacerte daño, ahí donde duele. Cuando estos pensamientos hagan mella, llama a ese amigo, familiar (o psicólogo si lo precisas), llama, grita, pero no te quedes callado. Muévete. Actúa. No al autosabotaje.


Una vez tenemos identificado y acorralado al autosabotaje y que nos hemos comprometido a cambiar lo que no nos funciona en las opos... lo siguiente es:


LAS MOTIVACIONES: ¿Por qué decidiste opositar?
¿Tal vez viste en la televisión alguna operación antidroga importante?
¿Eras fan de Ally Mac Beal?
¿Adorabas la serie “Juzgado de Guardia”?
¿Deseabas trabajar en "algo importante"?
¿En tu familia sois todos juristas?
¿Disfrutabas cuando en las películas made in USA el fiscal se dirige al jurado y suelta la parrafada…?

Es bueno recordarse a uno mismo por qué decidió meterse en esta lucha opositora. Al fin y al cabo, opositar puede ser una gran epopeya. Si piensas en “El Señor de los Anillos” me entenderás seguro:
El opositor es Frodo, el temario es el anillo, que le va consumiendo la energía... y Sauron es el miedo interior que tenemos al fracaso. Hasta que un día conseguimos llegar al Monte del Destino, defender el último examen y aprobar. ¡Y se acabó todo! Se acabó. Existe el final.

Disculpad, centro el tema: Como decía, es bueno recordarnos a nosotros mismos qué fue lo que nos llevó a estudiar, por qué seguimos en ello. Hemos de sentirnos Jueces-Fiscales-Secretarios y dar a conocer a los demás nuestra motivación.

Perdámosle el miedo a decir en alta voz a nuestros seres queridos: "esta vez voy mejor preparada que nunca al test" o "creo que en el oral próximo voy a conseguir llevarlo casi todo y voy a dar la impresión al Tribunal de que soy, de que me siento, fiscal, y me van a tener que aprobar".
Cambiemos la rutina de decir "voy fatal" "no me acuerdo de nada". Pensar en negativo se acaba materializando, y tus motivaciones no son "no aprobar en la vida", ¿verdad?

Coge el timón y pon rumbo a tus motivaciones.
 


Piensa que vas a estar justo donde quieres y que no te tiemble el pulso... (si te tiembla, es que te estás autosaboteando, así que léete el párrafo de antes, Ok?)  Ahora, vuelves a intentar manejar el timón por ti mismo. Nadie dijo que no cueste, que no haya que llorar, que no haya que estudiar muchísimo... Pero es que es lo que has elegido, son tus motivaciones.
¡¡¡Nunca pierdas de vista a tus motivaciones!!!

Y finalmente, tras superar los autosabotajes y fijar tu estación de llegada en el punto en que están tus motivaciones, llega el último paso:



TU DESTINO
El Destino (si eres creyente, la Providencia), consiste (explicado en plan "mis propias palabras") en creer que una Fuerza/Ente/Ser externo ajeno a nosotros puede tener poder decisorio en nuestros éxitos y fracasos...
Si no crees en él o en ella, no hace falta que leas esto último, porque si no te autosaboteas y marcas firmemente el rumbo a tus motivaciones, puedes llegar a buen puerto exactamente igual. Pero si, en cambio, crees en el Destino, continúa leyendo para cerrar el círculo de este post.

El Destino puede suponer tener en último término el consuelo reparador de que, aunque nos vaya mal ahora... finalmente, algún año nos tocarán los temas precisos y aprobaremos. Pero no es ésta la acepción de Destino que creo que los opositores debemos concebir. La nuestra ha de ser una acepción dinámica, in fieri, dependiente de nuestro trabajo diario.

Destrascendentalicemos por un momento. Dejemos de pensar en aprobar la oposición: pensemos en aprobar cada examen. Luego, en cumplir a tiempo cada vuelta al temario. Finalmente, pensemos en cumplir el plan quincenal. Más aún: centrémonos exclusivamente en cumplir el plan de cada clase. ¿Realmente es tan, tan difícil ponerse serios y cumplir clase a clase?
Yo, de corazón, creo que no. Lo difícil es pensar en aprobar la oposición pero, clase a clase, la tarea es más llevadera, creo. Cada clase es una gotita de agua en la mar que construirá nuestro aprobado. ¡Cuida tus gotitas! ¡Súmalas!
 

Y, hecho eso, que el Destino juegue sus cartas. Si día a día vas intentando cumplir con la mayor honestidad, ten por seguro que, aunque tu Destino sea abandonar un día sin conseguir el aprobado final porque decidas ser feliz haciendo otra cosa, no sentirás haber perdido nada. Más bien, verás que, allá fuera, en el mundo real no opositor, el ex-opositor tiene una templanza para los problemas fuera de lo común. 
A mí me pasó cuando dejé las oposiciones definitavamente -eso decía y pensaba- y me puse a trabajar. Y, cuando surgían problemas, pensaba... "miedo se pasa en el Supremo, ¡esto no es nada!"

Puede que nuestro Destino no sea aprobar pero, indudablemente, sí que es luchar. Morir matando. Ser felices de sentirnos unos gladiadores de la vida, unos románticos empedernidos en pos de un sueño laboral. Unos William Wallace a la carga en inferioridad, unos espartanos defendiendo las Termópilas sabiendo que la derrota será cuestión de tiempo.

Nuestro Destino es elegir el camino difícil, el pedregoso... porque el camino llano lleva a un lago que no está mal... pero el pedregoso lleva a la Gloria (bueno, o eso creemos, como idea es bonita, creo).

Y la gracia es que un día hace todo "¡plas!". Y apruebas. Y se acaba todo. Y te das cuenta que la vida sigue y que no has llegado, ni mucho menos, al final. Aunque en tu vida sí que sabes que la lección de la constancia, el tesón y el no desfallecer sí que la has aprendido.




Eso sí, un último apunte: no permitas que tu vida sea la vida de otros. Si estás en esta lucha por dar el gusto a tu familia, o a tu pareja... ¡no es tu Destino! En ese caso, cuanto antes, da un golpe de timón, fija tus motivaciones ¡y... a por tu Destino real!



Ojalá mis palabras puedan servir a alguien. Son sólo mis opiniones, eso sí, matizables seguro y mejorables también!

Un gran abrazo para todos de Sara


sábado, 26 de junio de 2010

Cerrado por vacaciones


¡Hola a todos!

Perdonad por la desaparición de la última semana. Quería haber escrito hace días pero, aunque parezca mentira, y aunque he estado de vacaciones, no he parado un  minuto y, encima, durante algunos días no he tenido siquiera conexión decente a internet.

Mi primera impresión tras salir del examen, hace ya casi una semana, fue más nefasta que otra cosa. De hecho, durante todas las horas siguientes, después de corregirme el examen Código en mano (todas aquellas preguntas que podían resolverse con los Códigos, que en Constitucional y Penal no eran ni mucho menos la mayoría), era de cabreo absoluto. No porque tuviese muchos errores, sino por todas las preguntas que no era capaz de corregir ni siguiera con el material delante.
Con los días, sin embargo, la sensación fue mejorando. Una vez tuve las respuestas oficiales delante y vi que casi no había fallos, me tranquilicé un poco. Eso sí: mi nota, irremediablemente, va a ser más baja que la del año pasado porque, aunque tenga muy pocos fallos, también respondí muchas menos preguntas que el año pasado. Pero bueno, el tener peor nota que el año pasado no significa que esté por debajo de la nota de corte que, a fin de cuentas es lo que cuenta, ¿no? Es cierto que me gustaría ir más holgada. Que los próximos días (esperemos que pocos) en que estemos esperando la nota, los pasaría mucho más tranquila de lo que los voy a pasar si pensase que me sobran puntos. Porque, aunque espero que la nota de corte sea semejante a la de año anteriores, hasta que no se publique, nada es ni mucho menos seguro. ¡Pero esperemos que haya ido bien! :) 

¿¿Cómo os ha ido a vosotros?? 

Espero que haya ido bien y que, quienes hayáis decidido coger unos días libres podáis verdaderamente descansar. ¡Aprovechad, que en cuanto te pones a estudiar para el oral necesitas todas las energías del mundo!

Por otra parte, tengo que decir que, después del bajón del examen, el subidón no lo tuve al día siguiente con la salida de las respuestas oficiales, sino mucho antes. Lo tuve el mismo domingo, a partir de las nueve de la noche, durante la cena post-test que hicimos en Barcelona y en la que tuve la increíble suerte de participar gracias a Mery
Os lo aseguro: a las ocho y media no podía estar de peor humor, más disgustada. Y me daba algo de palo ir a la cena sin conocer a nadie, todo hay que decirlo... Pero, aunque no nos conocíamos en persona hasta esa noche y aunque hablamos (y bastante) del examen de ese mismo día, fue juntarme con ellos y cambiar el chip, sentirme a gusto, reir, comentar, compartir... ¡Fue genial! De verdad, a todos los que lo leáis: GRACIAS. Porque esa noche cuando volví al hotel volví con una sonrisa y eso parecía impensable unas horas antes. 

Y es que parece mentira lo importante que son los compañeros en la oposición. Porque, por mucho que tengamos la comprensión y el apoyo de nuestra pareja, de nuestra familia y de nuestros amigos (que para mí es esencial), ese punto de complicidad y la sensación de que el otro sabe verdaderamente lo que estás viviendo (al menos, a nivel "opositoril", claro) es difícil de encontrar si no es en personas que han vivido situaciones semejantes, que llevan tantos años como tu dándose de bruces una y otra vez contra el mismo examen, enfrentándose a los mismos retos y sufriendo golpes semejantes. Y no lo digo en plan victimista. No es que al juntarse un grupo de compañeros de oposición tengan todos que ponerse a llorar a contarse sus penurias. ¡Al contrario! Si algo se respiró en aquella cena, además de compañerismo y buen ambiente, fue buen humor. Lejos de echarnos a llorar (que no sería para menos) por la redacción tan lamentable de muchas preguntas y las ocurrencias de quien había puesto el examen, íbamos comentando, según se nos iba ocurriendo (intercalando otros temas de conversación de lo más variados) lo que habíamos puesto cada uno en ésta o en aquella pregunta, discutiendo el por qué y, en algunos momentos, riéndonos de nosotros mismos y nuestros errores.

Fue genial. De verdad, siento no vivir en la misma ciudad que vosotros. ¡Pero, por suerte, existe internet! Y estáis ahí, dispuestos a compartir tantas cosas desde el otro lado. Y por eso, aun sin conocernos personalmente, cuando nos hemos visto (como la otra noche) o cuando hemos hablado (aunque haya sido sólo por teléfono),  ha sido como si nos conociésemos de toda la vida. Porque tenemos mucho en común además del número de temas estudiados y de horas invertidas en esta locura. 

Muchísimas gracias a todos, a los compañeros que conocí la otra noche y a los que no conozco pero que, ojalá, podamos conocernos pronto, ¡¡a ser posible en la Escuela!! :) (Jaspe, Carteles... ¡tenemos que conocernos y tiene que ser este año!) Porque, si hubo algo que nos nació espontáneamente al despedirnos la noche de la cena fue lo de "¡a ver si volvemos a quedar el año que viene!" Pero, claro, al momento corregíamos: "Bueno... esperemos no volver a quedar el año que viene post-test... ¡Mejor que sea ya como compañeros en la Escuela!"


Los días siguientes, aunque parezca mentira, he estado de vacaciones, pero no he parado. De hecho, después de casi una semana, continúo agotada. Eso sí: han sido días geniales en los que he hecho cosas diferentes. Pero, sobre todo, han sido especiales porque he podido compartirlos con mi hermana, mi novio (en la medida en que el pobre ha tenido algo de tiempo libre) y mi madre ¡Gracias a los tres! 

Y gracias a todos los que habéis estado ahí antes, durante y después de este examen. A los compañeros, pero también a todos los demás, a mi familia y a mis amigos, a los que habéis estado pendientes de mí continuamente. Si algún día llego al final del camino, habréis tenido mucho que ver en ello.

Otra alegría de estos días han sido los aprobados de algunos compañeros (algunos conocidos personalmente desde hace años) y otros no conocidos en persona, pero a los que he leído y seguido muchísimo durante años. Me ha sabido fatal cuando les he visto suspender en otras ocasiones y ahora, de verdad, me alegro al leer su aprobado: Loira, deiure, Laurch9 (a la que tuve el placer de conocer el domingo pasado) Sara-la-opositora... ¡Y tantos otros! Todo gente que ha aprobado tras muchísimo tiempo de esfuerzo y cuya historia anima a continuar, a tener valor y a coger el toro por los cuernos. Además, gente tan estupenda, personas que sabes que de verdad van a desempeñar su función desde la vocación y la honestidad. ¡Enhorabuena a todos! 
Por cierto... En relación con esto último, os anticipo que la próxima entrada de este blog no la escribiré yo, sino uno de esos compañeros cuyo aprobado, como os digo, me ha alegrado especialmente. Seguro que os encantará. De hecho, la entrada está escrita desde hace días, aunque está sin publicar. ¡En breve la tendremos aquí! ;)


Y, bueno... ¡ahora a esperar a que salga la nota de corte! Yo estos días he conseguido desconectar casi al 100% del test. Pero, claro, desde el lunes próximo, que sabemos que en cualquier momento se publicará la nota de corte, supongo que algo más nerviosa sí que voy a estar. ¡Sobre todo si se retrasa mucho! ¡¡Ojalá hayamos tenido suerte todos!! Y ojalá el "curso" 2010-2011 sea un año de celebraciones para todos.

Sólo una cosilla más... Lo siento, pero no puedo irme sin contároslo. ¿Os acordáis de la foto que os enseñé (hecha por mi novio y mi hermano) del mapa de las aulas del examen test en Barcelona? 
Ese mapa, ese sitio, son para mí la viva imagen del "día de la marmota", de la sensación que os describía en el post de hace unas semanas
Justo al lado de donde está ese mapa dejé mi coche aparcado el domingo y allí se quedó hasta que el miércoles lo cogí para marcharme de Barcelona. Pues bueno, no os lo vais a creer, pero en ese mismo sitio, en la puerta del sitio del examen, nada más coger el coche, pinché (o más bien reventé) una rueda. Y allí me tuve que quedar durante hora y pico, esperando a la grúa para que viniera a llevarme a un taller donde cambiar la rueda para poder hacer marcha. ¡Justo allí, a menos de 100 metros de la rampa del edificio que todos los que nos examinamos en Barcelona conocemos a la perfección! Ese sitio en el que siempre tengo ganas de estar el menor tiempo posible. Me pareció totalmente surrealista. Esa hora y cuarto, a 30 grados, al sol, a las dos del medio día, fue la gota que terminó de colmar el vaso: definitivamente... ¡espero no tener que volver por allí!

Dentro de muy poco, volveré al estudio, aunque no será antes de que salga la nota. Entre tanto, os dejo aquí unos "souvenirs" de mi semana vacacional.

¡Besos a todos! ¡Nos leemos pronto!






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Durante los últimos años, OPOSITORA A JUDICATURAS (¡ojalá que por poco tiempo!). Pero en los ratos libres intento seguir siendo YO.
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"Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el baston. ¡Pero nunca te detengas!" (Teresa de Calcuta)


"A la larga el éxito es más fácil que el fracaso. Sencillamente, consiste en saber lo que se quiere, en saber hacerlo y en tener la persistencia y la determinación de lograrlo" (B. Bailey)


"Si puedes soñarlo, puedes hacerlo" (Walt Disney)


"Si piensas que puedes, tienes razón y si piensas que no puedes, también tienes razón."


"El futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños" (Eleanor Roosvelt)


"El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que apuntemos demasiado alto y no demos en el blanco, sino que apuntemos demasiado bajo y acertemos" (Miguel Ángel)


"No podemos descubrir nuevos océanos a menos que tengamos el coraje suficiente para perder de vista la costa" (Anónimo)


"Los muros existen por alguna razón. Y no es para mantenernos fuera, sino para darnos la oportunidad de demostrar hasta qué punto queremos algo. Y para frenar a quienes no lo desean suficientemente." (Randy Pausch)

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